Un buen gol de Manu Trigueros evitó que la Real Sociedad dejara sentenciada la eliminatoria, pero los amantes del fútbol lo agradecemos.
El fútbol es un deporte tan bonito por cosas como las que sucedieron en el verde txuri urdin. La cita tuvo de todo. Goles con errores del rival y tantos de bella factura, entrega en todas las zonas del campo, orden defensivo por momentos y un juego enloquecido en otros. Futbolistas como Trigueros y Oyarzabal destacaron por encima de otros y los aficionados estuvieron inquietos hasta el pitazo final.
Los visitantes comenzaron con el balón en su poder, pero ante un rival que está en un estado de forma tan bueno como la Real Sociedad, cualquier despiste te penaliza demasiado. Musacchio no estuvo acertado durante el duelo y Mario, que empezó muy bien, no escuchó las órdenes de un Asenjo que encajó uno de los goles tontos de la temporada.
Primero, el argentino no estuvo acertado al tirar el fuera de juego y habilitó a Willian José. El brasileño está en un gran momento y no perdonó. Picó el balón y marcó el primero antes de que los amarillos encerraran a su rival en su campo.
Trigueros y Rodri llevaron la iniciativa del juego, buscaron todos los espacios posibles, pero sus compañeros de ataque no los acompañaron. No fue el día de Pato, ni de Sansone ni de Soriano. Los dos creadores de juego se empeñaron en hacer jugar a los suyos, pero no lo tenían fácil.
Mientras los de Eusebio se preocupaban en defender de forma ordenada y mantener el balón lejos de la portería de Rulli, un mal despeje de José Ángel terminó con el regalo amarillo. Llegó el gol tonto que ya hemos contado como si un regalo de los Reyes Magos se tratara. Vela no tuvo ni que desenvolver el obsequio.
En el segundo tiempo pudo pasar cualquier cosa. Los de Eusebio quisieron dominar más el juego y disputaron el balón a su rival, pero tampoco necesitaron poner mucho empeño en esta faceta del juego. Rulli seguía siendo un espectador gracias a que Iñigo Martínez y Mikel cortaron todo lo que les llegó.
La Real buscó las bandas por medio de Yuri y Zaldua, encontró las cosquillas de un Mario que se quedó tocado con el gol en contra y de José Ángel. Así llegó el tercer tanto de la noche, pero Oyarzabal fue el protagonista. El canterano se escapó de Musacchio con facilidad y ante Asenjo, no lo pensó dos veces. Con un potente disparo puso el balón adentro del arco.
Finalmente, Trigueros pudo maquillar un resultado que se podría haber puesto muy en contra de la Real Sociedad si Musacchio hubiese mandado el balón al fondo de la red cuando tenía todo a su favor. Los vascos respiraron y aunque el resultado no es definitivo, hay mucho camino recorrido.
Fuente: Diario Marca
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