Pareció que al Barcelona le costó volver después de los días de vacaciones por las fiestas navideñas y de fin de año. Al menos en la primera parte, fue muy superado por el Athletic de Bilbao y casi deja escapar una gran parte de la clasificación a los cuartos de final de la Copa del Rey. El local lo asfixió con una presión alta para provocar errores en la salida del conjunto catalán. El plan funcionó perfecto y con una ráfaga de goles de Aduriz y Williams, sacó doble ventaja. Pudo haber llegado el descuento en la última jugada del primer tiempo pero el árbitro David Fernández no pitó un penal claro contra Neymar.
El Barsa sintió el golpe y solamente llegó a reaccionar porque Lionel Messi está intacto. El Diez ejecutó con calidad un tiro libre al ángulo y le complicó la vida al arquero Iraizoz, que hizo hasta lo imposible por evitar que, en el pique después de dar en el travesaño, pero se terminó metiendo con pelota y todo. Eso cambió el desarrollo del juego. El equipo de Luis Enrique, que tuvo a Javier Mascherano como suplente, pasó a dominar y terminó quedando once contra nueve tras las expulsiones de Raúl García y Ander Iturraspe. Dueño total del match a partir de ese momento, le faltó el último toque para llegar al empate.
La última jugada del tiempo agregado pudo haber decretado la paridad pero el derechazo de Messi reventó el palo. A pesar de que Leo estuvo a la altura, el bautismo 2017 del Barsa fue con derrota y ahora deberá remontar en el Camp Nou el miércoles que viene. Antes, deberá visitar al Villarreal por la liga: este domingo a las 17.45 de Argentina.
Fuente: Diario Olé
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