El Fútbol Español sigue sumando representantes en las rondas decisivas en Europa. Esta vez le tocó al Celta de Vigo, que de visitante, logró clasificar a los 16avos de final de la Europa League ganándole 2-0 al Panathinaikos. Gran triunfo.
Lo hizo además con jerarquía, como si la Europa League fuese su terreno, porque no dio opción al Panathinaikos en ningún momento jugando el partido más serio que se le recuerda al conjunto de Berizzo en defensa. Ni la ausencia de Aspas mermó su rendimiento.
Claro que para ser justos también toca hablar del Ajax, porque los holandeses hicieron buena parte del trabajo arrancando un valioso empate en uno del Maurice Dufrasne de Lieja.
Valioso, se entiende, para el Celta, porque a los de Amsterdam no les cambiaba nada el resultado, más allá del prestigio. Gracias a Dios, los grandes siempre están dispuestos a defender su legado y las jóvenes promesas del Ajax dieron una lección de profesionalidad que al Celta le ha venido muy bien.
De todos modos, de nada hubiera servido si el conjunto de Berizzo no ganaba en el Apostolos Nikolaidis de Atenas, un estadio que habitualmente es una caldera pero que está vez se limitó a asistir al espectáculo sin apenas rebelarse.
Todo ello, que no se entienda mal, no restá un ápice de mérito al encuentro firmado por los celestes, porque el Panathinaikos no puso las cosas fáciles.
Los griegos han firmado una fase de grupos para olvidar y querían despedirse dejando un buen sabor de boca, pero el Celta nunca le dio opción alguna con un enorme trabajo de concentración y constantes ayudas defensivas.
Tan serio estuvo el Celta, que apenas se recuerda una ocasión clara del conjunto ateniense. Eso sí, llegó cuando aún había algún futbolista del Celta ajustándose las medias.
El protagonista fue el argentino Rinaldi, que cazó un buen centro desde la derecha para poner a prueba los reflejos de Rubén Blanco. La buena colocación del meta celeste hizo el resto.
El Celta en cambio acertó a las primeras de cambio, con un centro de Hugo Mallo que Guidetti aprovechó con la cabeza entrado desde atrás como un obús.
Otro centro del capitán del Celta pudo encarrilar muy pronto el pase, pero Wass no estuvo tan fino como el sueco en la definición de cabeza. Un remate de media vuelta de Radoja desde la media luna del área, que se perdió muy cerca del palo izquierdo, cerró el capítulo de ocasiones en el primer acto.
Mucho más parco si cabe fue el segundo tiempo, porque no hay mucho más que contar más allá del penal de Moledo sobre Guidetti. Orellana sería el encargado de cerrar el partido y la clasificación, porque apenas restaban quince minutos y el Ajax aún ganaba en Lieja.
Ahora queda disfrutar de lo que queda, algo por lo que luchó mucho el Celta la pasada campaña. Que dure.
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