El Sarmiento de Burruchaga vive días de resurrección. Cuando parecía condenado, sumó 7 puntos de 9 y sigue firme en su lucha por la permanencia. Anoche, construyó un milagro en Quilmes: perdía, jugaba con uno menos, y en un segundo tiempo de asombro terminó ganando 3-1 ante un rival que todavía no puede creer lo que le pasó.
El primer tiempo tuvo tres momentos fundamentales: el gol de Quilmes (definición de zurda de Gabriel Ramírez), tras avisar dos veces; la atajada clave de César Rigamonti ante un remate de Gonzalo Di Renzo; y la expulsión (quizá exagerada, por doble amarilla) de Renzo Spinaci. También hubo un rasgo repetido: Quilmes pareció más sólido y convencido que Sarmiento.
Pero el equipo de Junín no perdió la fe ni el orden. Y cuando parecía que el arco de Quilmes le quedaba lejos, lo empató: a los 9 del segundo tiempo, a través de Alexis Niz, de cabeza, tras un córner de Mercado. Y se animó a más el visitante: con un Quilmes desorientado, Leandro Díaz jugó a superhéroe por un rato. Primero, construyó una gran jugada individual ante los centrales locales y estableció el 2-1. Luego liquidó el partido en un contraataque. Para confirmar la impresión: Sarmiento está vivo. Y pelea.
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