De un lado, un equipo ya clasificado que cuidó jugadores. Del otro, uno que ya estaba en el fondo de la tabla y no tenía chances de pelear siquiera por el pase a la Europa League. El resultado: un partido que tuvo más olor a entrenamiento que a Champions League.
De todas formas, el resultado fue para la estadística ya que la mira de Pep Guardiola apunta al sorteo de los cruces de los octavos de final, donde se pondrá en juego buena parte de su suerte en la competencia europea.
Prácticamente al comenzar el partido, el equipo escocés madrugó al City a través de Roberts, quien aprovechó una mala salida del argentino Caballero. Pero la ventaja duró poco: Iheanacho, una de las apuestas de Pep que pretende pelearle el puesto a Agüero, estableció el empate un minuto más tarde. El resto, poco y nada.
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